«Y ellos creyeron en el Señor y en Moisés, su siervo»

Dr. Michael LaitmanNo hay cambios en la Luz. Siempre brilla abundantemente e ilimitadamente desde el Infinito. Todo depende de la vasija y de la medida en que pueda prepararse para ser capaz de recibir la Luz y cambiar. Por lo tanto, todo depende de la preparación, la intención y de nuestro entorno.

Nosotros debemos preparar estas condiciones. Cuanto más cerca estén a la verdadera petición y demanda, más nos afectará la Luz. Nuestro desarrollo es gradual y debemos entender lo que debemos pedir en ese momento. Es imposible pedir algo que está varios niveles por encima de nosotros y que ni siquiera deseamos. Sería una solicitud inútil, artificial.

Yo debo pedir lo que realmente puede ayudar a mi corrección. Cuanto más trato de descubrir diferentes deficiencias y metas, más todavía descubro que son incorrectas. Así es como el deseo correcto y verdadero se forma en mí con lo que realmente necesito. Yo no pido algo que no es realista, como un niño pequeño que pide un avión real, cuando todo lo que necesita es un pequeño auto de plástico. Él no va a conseguir nada a menos que pida lo que es correcto para su edad, de cualquier forma no sabría cómo jugar con él avión.

Ademas nosotros debemos aclarar qué es exactamente lo que queremos, lo que es correcto y útil para nosotros, cuál es el significado de nuestra corrección. Entonces, llegamos a un solo deseo: que el Creador debe dominar nuestro deseo de recibir, al faraón.

Cuando recibimos iluminación desde arriba, nos eleva y nos libera del dominio del ego. Tenemos la oportunidad de pensar en forma no egoísta, en hacer buenas obras y en empezar a ver a nuestros amigos como partes de nuestra alma. Esta es la forma en que nos preparamos para el éxodo de Egipto.

El escape se produce cuando la Luz de la redención viene a condición de que tengamos el deseo correcto, cuando nos damos cuenta de que es nuestra salvación y que no necesitamos nada más que eso. Esto significa que nuestro deseo es fuerte y correcto. Luego, vemos que la fe en realidad es un gran poder y que sólo el poder de la fe puede sacarnos del ego para ser llevados constantemente al otorgamiento donde aunque nos sintamos bien o el mal. Ningún gran beneficio que logremos descubrir nos volverá a confundir. Nos debemos protegernos de ellos y de las diferentes erupciones del ego.

La Luz del Infinito brilla sobre nosotros y construye el poder de la fe en nosotros, la habilidad de levantarnos y de no ser dependientes de nuestro deseo de recibir e, incluso, de llevar a cabo ciertas acciones en dirección del otorgamiento. Por lo tanto, ascendemos más y más alto por encima de nuestro ego y, finalmente, salimos de Egipto.

Como está escrito en el artículo de Baal HaSulam, «¿Qué es la grandeza y la pequeñez en la fe?»:

… Por lo tanto, el que busca la verdad es el que necesita la Luz de la fe. Si tal persona oye o ve alguna manera de obtener la Luz de la fe, entonces será feliz como si hubiera encontrado una gran fortuna.

Por lo tanto, aquellas personas que buscan la verdad, en la festividad de Pascua, la cual es capaz de la Luz de la fe, leen en la Parasha (porción de la Torá) «y ellos creyeron en el Señor y en su siervo Moisés» porque luego es un tiempo en el que puede impartir.

Nosotros debemos recibir el poder que nos permitirá ascender por encima de nuestro ego para que nada se vuelva a interponer en nuestro camino- para que nos conecte con el nivel de Moisés y con el nivel del Creador, al primer nivel que está por encima de nuestro nivel. Si todos hacemos un esfuerzo para lograrlo, seremos recompensados con la capacidad de llegar a este estado.
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De la 2ª parte de la Lección Diaria de Cabalá 30/03/14, Shamati #41

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