¿Cómo educarme a mí mismo?

En este mundo yo constantemente me adapto a las normas que la sociedad me impone al convencerme de comprar o hacer algo, mientras que en el mundo espiritual necesitamos atraer el ejemplo del Creador.

Sin embargo, el problema es que si Él fuera revelado, caeríamos completamente bajo Su influencia y nos convertiríamos en un millón de veces más dependientes de Él de lo que dependemos del entorno actualmente.

Nos convertiríamos en esclavos absolutos, como las formas de vida inanimada, vegetativa, y animada, que hacen lo que la naturaleza les manda hacer y siguen plenamente sus instintos. Y entonces ni siquiera sentiríamos que vivimos una vida independiente.

Pero el Creador, esa fuerza general de la naturaleza de la creación, quiere que seamos independientes e iguales a Él, en vez de seguir sus órdenes como un robot. No tendría ningún sentido crear la criatura que sigue automáticamente las órdenes de su naturaleza, y la cual el resultado está claro por completo, desde el principio.

El plan del Creador fue crear al hombre libre para que el hombre pudiera elegir elevarse al nivel del Creador, aprender sobre su Creador, y ¡querer ser solamente como Él! Al igual que cualquier persona en este mundo quiere ser amado por lo que él es, el Creador también quiere familiarizarnos con Él, que lo alcancemos a Él, y que veamos Su estado, cualidad y la fuerza que es la última perfección.

Por lo tanto, Él no puede revelarse a nosotros para que no nos convirtamos en sus siervos y automáticamente sigamos Sus órdenes. Él plantas en nosotros el deseo de desarrollarnos y esforzarnos hacia Él, pero se oculta. Entonces, ¿cómo podemos llegar a ser como Él en este caso?

Él viene con una solución simple. Crea la criatura llamada Adám (hombre), una fuerza espiritual, una cualidad similar a la suya y ¡rompe esta criatura en mil millones de partes! Y ahora el mismo ser creado, y no el Creador, debe reunir un entorno por sí mismo como pedazos de bloques interconectados. Este entorno tiene que reflejar la imagen del Creador a la criatura, su conocimiento de Él.

El hombre avanza y construye su propio entorno para influirlo en la dirección opuesta y desarrollarlo. De ello se deduce que construimos nuestro propio Creador, y por eso se le llama «Boré», que significa «ven y ve». Construimos nuestro entorno y de esta manera nos construimos nosotros mismos.

Yo no soy capaz de crear o influir en mí. Yo soy un producto terminado de mi entorno. Pero al construir constantemente mi entorno, una cáscara me influye, yo indirectamente, influyo en mí. Resulta que yo construyo un sistema para mi propia educación.

Entonces estoy un poco separado del Creador, y me construyo libremente al crear mi propio entorno de acuerdo con los valores que quiero inculcar en mí mismo. No puedo cambiarme a mí mismo, pero puedo construir artificialmente una sociedad que me convenza de los valores con los que ahora no estoy de acuerdo. Esta sociedad me convencerá de que tengo que luchar por el otorgamiento.

Y puesto que he construido esta sociedad yo mismo, es como si yo me hubiera construido. En otras palabras, yo construyo constantemente la imagen del Creador dentro de mí, y así avanzo hasta el punto donde estas tres formas: yo, el entorno, y el Creador se atraen para ser como un todo.

Esto realmente es el libre desarrollo porque hago todo yo mismo, yo constantemente pienso y decido sobre las formas de avanzar. Examino el mundo que ahora se revela ante mí, y pongo a prueba las formas para avanzar correctamente.

(37015 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 3/4/2011, Escritos de Rabásh)

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