La verdad no cambia

La sociedad es el único lugar donde puedo realizar el acto de otorgamiento. Mi actitud hacia la espiritualidad, hacia el Creador es puesta a prueba mediante mi actitud hacia la sociedad. Esta es la única manera en que puedo evaluar mi estado con respecto a la espiritualidad: ¿Quiero servir a otros o usarlos para mi propio beneficio?

El Creador cuida de la sociedad ya que es precisamente el lugar donde Él puede revelarse. Es Máljut del mundo de Infinito, la Shejiná, Su hijo favorito, y aquí es donde Él habita y se oculta ¡Todo depende sólo del bienestar del entorno! El entorno, la conexión entre todos donde cada uno está aspirando a revelar el Creador, es la meta definitiva, el lugar donde el Creador puede ser revelado a los seres creados.

¡Tú le das al Creador una oportunidad de revelarse! Este lugar y la Luz que se revela en el, es decir el Creador, tienen el mismo valor y son inseparables uno de otro. Entonces, al avanzar, uno se da cuenta que la sociedad en su esencia interna es en realidad el Creador que habita ahí (Boré significa «ven y ve»). No revelamos nada sino la sociedad correcta la cual es, de hecho, llamada Creador.

Ahora separamos las dos, pero en el estado final, perfecto, es imposible dividir nada. La Luz y el deseo se funden en uno, y es imposible decir cuál es el primero y cuál es el último. Para nosotros, toda la creación comienza con el hecho de que existe Uno, un punto inmerso en la Luz. En relación con nosotros, nada existe antes de este estado.

Los cabalistas afirman que esta adhesión, la Luz, la fuerza de otorgamiento, es sin embargo de principal importancia en relación con la criatura, la fuerza de recepción. Pero no somos capaces de percibirla ya que actuamos en términos de «tiempo», es decir causa y consecuencia.

Sin embargo, en cuanto revelamos un estado constante y eterno, tanto la causa como la consecuencia existen sólo en relación con los cambios dentro de nosotros. Pero en un estado perfecto, no hay causa o consecuencia, no hay cambios.

En realidad, si existen la causa y efecto, significa que aún quedan correcciones internas por hacer en la criatura, que aun no ha revelado el estado verdadero. En el estado verdadero, ya no hay cambios, y significa que no hay diferencia entre el Creador y la Creación.

(36930 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 3/3/2011, Escritos de Rabásh)

Material Relacionado:
¿Existe vida sin una pantalla?
¿Quieres entrar?
Tienen un paquete esperando en la puerta

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *