¿Quién decide: el deseo o la luz?

Sólo después de haber aplicado todos los esfuerzos para unirnos entre nosotros podemos acelerar nuestro desarrollo y el retorno a la sensación auténtica y corregida de la realidad, con el fin de despertar de este sueño, de este ocultamiento en el que existimos. ¡Podemos ir por el camino del sufrimiento, pero este no es desarrollo! No llegamos a un deseo autónomo de regresar a la Luz, al estado de adhesión con Él, en el cual existimos una vez en el mundo del Infinito.

Tenemos que regresar al mundo del Infinito y fusionarnos con el Creador en un todo, pero hacerlo por nuestro propio deseo y por nosotros mismos. No debe ser como fue antes, cuando, sin tener la intención, estábamos bajo la regencia de la Luz, la cual sostuvo nuestra conexión con su fuerza, a pesar de la oposición total de nuestros deseos. La Luz sólo nos llenó sin nuestro consentimiento: Esta es la forma en la que existimos antes en similitud con ella, al ser sostenidos por su fuerza.

Pero ahora tenemos que llegar a ella por nuestra propia autoridad. En primer lugar, se tiene el deseo y luego su contacto con la Luz. En el estado inicial 1, la Luz precede el Kli (vasija). En estado final 3, cuando retornamos a esa misma alma unificada, el deseo precede a la Luz.

Y todos los sufrimientos y aflicciones que nos empujan hacia adelante no dan como resultado el avance real, de esta manera no corregimos nada. Después de todo, no hemos hecho nada a nosotros mismos. Y sólo si tratamos de actuar nosotros mismos, es decir, si trabajamos en nuestra unificación, la cual alcanzamos en contra de nuestro deseo egoísta, en contra de nuestra resistencia, sólo entonces, nuestros esfuerzos se consideran como nuestra contribución a la corrección.

Por lo tanto, la Luz nunca se concederá ni se nos permitirá progresar sin nuestra participación libre y sin el anhelo por volver al estado de unidad. Nosotros mismos tenemos que decidir que estamos retornando al otorgamiento, al grado de la unidad contra la fuerza de la ruptura, que habita entre nosotros.

La persona tiene que entender que dentro de sus esfuerzos para unirse con los demás, lo encontrará todo: la fuerza de la separación, de ruptura, y el odio, así como la fuerza para superar esta división: la fuerza de amor y conexión. Y sólo estas acciones van hacia su cuenta y lo acercan a la corrección final. Estos esfuerzos son la única indicación de su progreso.

En cualquier situación necesitamos tratar de vernos como un hombre con un corazón quien representa a nuestra alma colectiva.

(38973 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 3/24/11, preparación para la Convención WE!)

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