Después de todo ¿Qué elegirás?

Pregunta: ¿Cómo puede un atributo que es totalmente opuesto al deseo de disfrutar y que parece estarlo matando, no obstante desarrollarse en él?

Respuesta: Si fueran dos tipos de materia, la materia y la antimateria, entonces sería imposible unificarlas hecho. Pero si se trata de la materia y la intención opuesta a ella, entonces es posible. Además, se me reveló, a condición de que logre unificarlas en la línea media.

Por lo tanto, mi deseo natural de disfrutar y la intención de otorgar trabajan en dos áreas diferentes: uno en el deseo, el otro en la intención. Y todos mis cálculos y lucha son destinados a unirlos.

Supongamos que tengo el deseo de disfrutar en el cual vivo. Además de él, recibo la intención de otorgar, que podría incluso ser inferior al deseo de disfrutar, o al mismo nivel que el deseo de disfrutar, o por encima de él.

Ahora necesito que ellos se conecten entre sí de alguna manera. Relacionado con la intención, la adquiero sólo por medio de la «Luz que Reforma», la Luz Circundante, yo la atraigo si dentro de mí hay una aspiración por el otorgamiento, el «punto en el corazón» que cultivo al estar en el grupo.

Todo esto reside dentro de mi deseo y se unifica en uno: el grupo,  mi deseo de recibir y yo. Si mi deseo permanece por debajo, en el grado de su importancia, pero el grupo y el punto en el corazón están por encima, y desde dentro de ellos deseo otorgar, entonces elevo una plegaria (MAN). Y en respuesta, recibo la Luz Circundante que me suministra la intención de otorgar.

Ahora, tras haber recibido la intención, puedo escoger entre tres opciones:

  1. Ponerlo debajo de mi voluntad de recibir (deseo), es decir, usarlo para mi deseo de recibir placer, mi beneficio personal, lo que se considera como impureza (Klipá),
  2. Poner la intención por encima del deseo y traerlos juntos que es un estado de ambivalencia, o
  3. Poner la intención por encima del deseo, que es «santidad», otorgamiento.

Eso es lo que constituye mi trabajo: En cuál de los tres estados soy capaz de residir. Si una persona comienza a prestar atención y a sentir lo que realmente está sucediendo dentro de él, se dará cuenta que se enfrenta constantemente a una elección, como si estuviera entre las platos de la balanza. Por un lado, hay recepción, por el otro, otorgamiento. Y en medio, allí estoy yo con un dilema: ¡¿Qué debo elegir?!

(33350 – De la 4º parte  de la lección diaria de Cabalá del 21/01/2011, «La Libertad»)

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