El temor primordial

El primer mandamiento que se nos dio es el mandamiento del temor. Es decir temer si estoy avanzando en el camino espiritual, o si estoy adquiriendo el mundo espiritual, o si estoy entendiendo lo que entiendo de manera correcta y si reacciono ante el grupo.

En pocas palabras: ¿Tendré éxito? Tengo que ser consumido por esta preocupación todo el tiempo. Si me relajo, entonces inmediatamente me pierdo del camino hacia la meta.

En nuestro mundo la sicología enumera más de 800 diferentes tipos de miedos. ¿Gano lo suficiente? ¿Tengo salud? ¿Me pasara algo malo?

Sin embargo, en la Cabalá no hablamos acerca de los diferentes miedos, pero si del temor primordial: ¿Estoy yendo hacia la meta? ¿Seré capaz de otorgar? Esto ya es preocuparte por algo por lo que no sientes la mínima necesidad.

¿Sentiré esta necesidad? ¿Adquiriré lo suficientemente para poder esforzarme y apuntar hacia la meta? Tengo que cumplir con el proceso completo: desde la preocupación más pequeña que ni siquiera está clara aun, hasta el temor más desarrollado que apunta precisamente hacia la meta como si fuera la punta de una flecha, la cual me lleva a la realización, “¿Doy lo suficiente al Creador? ¿Nos volvemos iguales de esta manera? ¿No estoy en una posición inferior, como un invitado quien recibe el banquete del anfitrión de tal manera que no está avergonzado?”

Este temor es el primer mandamiento. Pero es algo que tenemos que adquirir. Al principio no lo tenemos. La meta es invisible y no me importa la cualidad del otorgamiento. ¿Realmente necesito el amor al prójimo? Pero tengo que llegar a necesitarlo a tal grado hasta sentir temor, “¿Qué pasa si no lo logro?”

Esto es simplemente una atrocidad desde la perspectiva del egoísmo. Es completamente antinatural.

Sin embargo, por medio del entorno y de la Luz que Reforma, podemos alcanzarlo. El temor nos ayuda a alcanzar la preocupación: ¿Recibiré la Luz para que me convierta en una persona que se preocupa por el otorgamiento?

Por lo tanto, tenemos que ir hacia un gran proceso de construcción de las condiciones necesarias. Sin embargo, en realidad es posible realizarlo simplemente. En esta consideración todo depende en la extensión de los esfuerzos realizados.

Primero que nada, tengo realmente que estar asustado por mi camino espiritual. “¿Estoy avanzando correctamente hacia la meta?” En segundo lugar, solo una vez que adquiero el temor, ¿viene a mí la cualidad del amor porque no hay temor sin amor?

(37089 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 3/4/11, sobre el amor)

Material relacionado:

La ciencia de la curación espiritual
La Medicina más poderosa: Gotas de Fortuna
¡Doctor, déme usted ya la medicina!

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *