En el umbral del descubrimiento de la meta de la evolución

Dr. Michael LaitmanPregunta: Poco a poco, la gente empieza a entender que hay una crisis en el mundo. La sienten en sus vidas y tratan de encontrar una respuesta a las preguntas: ¿Qué se va a hacer al respecto? ¿Cómo se puede responder? ¿Cuánto va a durar? ¿Hay algún tipo de regla o legalidad, según la cual la crisis siga desarrollándose aún más? De manera realista, ¿cómo se puede corregir y qué solución se puede dar a estos problemas?

Respuesta: La idea es que nos encontramos dentro de la naturaleza, en una red particular de fuerzas, que se desenvuelve hasta el grado de desarrollo del ego, es decir al grado de desarrollo del deseo de todos los niveles de la naturaleza.

Al principio, eran deseos pequeños de partículas elementales. Luego, las partículas se consolidaron hasta que crearon una estructura gigantesca, la Tierra, en la que desarrollaron condiciones para la vida biológica para los niveles vegetal, animal y humano. Este fue el resultado de la evolución del deseo dentro de la materia, el deseo de recibir, de disfrutar, de placer y de utilizar la materia que está en algún tipo de contacto con nosotros. Con base en esto hubo una conexión entre partículas elementales, moléculas, átomos y todo tipo de partes biológicas, de la agrupación de animales, gradualmente surgió una sociedad de bestias, de los humanos, surgió una sociedad humana. Es decir, todo se desarrolló como resultado de la evolución del ego.

Nuestros deseos también se desarrollaron: de los deseos animales del cuerpo (comida, sexo, familia), emergieron deseos sociales (riqueza, respeto, control), porque nuestro ego se hizo social. Después de eso, se desarrolló el deseo por información. La historia nos revela que hemos pasado por estas etapas en un eje de desarrollo evolutivo y siempre entendimos cómo actuar. Nuestro desarrollo egoísta, instintivamente nos empujó a algo: la explotación de los recursos más visibles y ocultos y la consciencia del anhelo por comida, sexo, familia, riqueza, honor y conocimiento.

Pero después de decenas de miles de años de desarrollo, de pronto llegamos a una situación inesperada, en la que las leyes lineales, e incluso, exponenciales del desarrollo egoísta dejaron de funcionar. La humanidad se había desarrollado de forma lineal y de pronto, en los últimos 100 a 150 años, fue exponencial y ha llegado a una especie de saturación, una cima. Ahora estamos en esta cumbre.

En este nivel, están sucediendo fenómenos muy interesantes ya que, de pronto, el ego se ha detenido. En el pasado, mientras más esfuerzo invertimos, más nos desarrollamos intelectualmente y más éxito conseguimos. Cuanto más fuerte éramos, más confianza sentíamos. Pero ahora, ninguna de estas relaciones lineales funcionan. Si en siglos pasados, una persona con un gran ego se beneficiaba al usarlo, ya no es así, pues nuestro desarrollo egoísta normal se ha agotado. Ahora nos estamos moviendo hacia un paradigma completamente diferente, otra dependencia. La pregunta es ¿hacia qué tipo de paradigma nos estamos moviendo? Todavía no lo sabemos.

Ahora, los científicos están empezando a observar e imaginar que la evolución no depende del ego individual, en su lugar, la evolución depende de conexión y coordinación mutua entre nosotros. Esto se deriva de la comunicación, que se desarrolló rápidamente, es integral y abarca a la sociedad humana, toda la civilización, pero la estamos usando linealmente, pensando en lo que se puede obtener de ella.

Esto significa que nos encontramos en una etapa de transición del ego lineal a una conexión integral mutua y que, incluso, podría ser hacia el altruismo. Y poco a poco percibimos hacia dónde vamos. Estas percepciones comenzaron a ser descubiertas a mediados del siglo XX, desde el tiempo del Club de Roma, que publicó todo tipo de trabajos de economistas, filósofos y otros científicos. Pero el problema es que, a pesar de que se ha trabajado y los científicos están más o menos consciente de ello, nadie les escucha. Y aunque vemos la futilidad del reto del ego que continúa, tanto en individuos como en grandes organizaciones, la inercia sigue existiendo y no hay forma de escapar.

Y a pesar de esto, puesto que continuamos funcionando en una sociedad, donde en lugar de leyes lineales, están empezando a actuar leyes integrales esféricas, vemos cómo nuestra sociedad está empezando a sufrir una fuerte presión y se encuentra en una forma muy desagradable. De esto se deriva la estratificación de la sociedad, en la que en su parte superior, unos pocos miles de personas en el mundo, concentran la riqueza y el control, mientras que las masas se están hundiendo. Una inmensa brecha se ha creado entre el estrato superior, compuesto por unos pocos miles de personas y el estrato bajo, que incluye el resto de los miles de millones de personas.

Por un lado, sin duda, esto dará lugar a una gran explosión. Por otra parte, toda la riqueza que se ha acumulado no valdrá nada. La jerarquía del desarrollo de los deseos (comida, sexo, familia, riqueza, honor, conocimiento) incluye un nivel en el que es posible utilizar la riqueza para las necesidades del siguiente nivel de desarrollo. Y cuando la humanidad comience a superar este nivel y lo concluya, ya no habrá necesidad de riqueza, porque cuando el siguiente nivel comience a aparecer, dará lugar a lograr el significado de la existencia.

Los científicos que estudian la creación, han empezado a estudiar holografía, múltiples universos y han llegado a la conclusión de que el planeta Tierra y todo el universo son finitos. Empezamos a percibir que siempre estuvimos jugando un juego con dinero, ejércitos y guerras. Y, esencialmente, un gran proceso está teniendo lugar, en el que somos elementos. Por otra parte, no determinamos su desarrollo, curso o flujo y, sobre todo, tampoco su objetivo. Estamos en una etapa en la que tenemos que descubrir la verdadera meta de la evolución de nuestro desarrollo. Esto nos llevará a la desilusión y a una nueva visión del mundo. Tenemos que observarnos a nosotros mismos y todo lo que está sucediendo e investigar a la naturaleza en su futuro desarrollo.

Esto significa que detrás de los deseos físicos (comida, sexo, familia) y de los deseos sociales (riqueza, honor, conocimiento), se está desarrollando un nuevo deseo, el de alcanzar el verdadero significado de nuestra existencia. Este es el deseo que nos debe dominar y hacia el cual nos estamos moviendo. Así que hoy, la humanidad está descubriendo, poco a poco, la crisis y espero que nosotros mismos diseñemos el enfoque correcto, para no desviarnos del camino y entender que, sólo por este camino, la vida continúa.
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De Kabtv «La última generación» 12/ago/15

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