La dialéctica del desarrollo y el problema de la responsabilidad

Dr. Michael LaitmanBaal HaSulam, «La Paz»: Y ustedes encuentran que todas las semillas de las que crecen los buenos estados, son sólo los actos corruptos en sí mismos, es decir que todos los males expuestos que vienen de debajo de las manos de los impíos de la generación se unen y se acumulan en una gran suma, hasta que pesa tanto que el público ya no puede soportarlos. Entonces, ellos se levantan, arruinan y crean un estado más deseable.

Todo el mal debe ser expuesto debido a la buena voluntad que brota de él. Es imposible alcanzar el bien a menos que este sea precedido por la revelación del mal.

No hay nada nuevo en ello. Abraham habló sobre este tema. Es bien conocido tanto en la Cabalá como fuera de la Cabalá. La historia, la naturaleza y el proceso dialéctico sirven como prueba de ello. Cada estado dura hasta de sus defectos «maduren» hasta el grado en que se vuelvan obvios. Es decir, estas deficiencias destruyen el estado actual y le dan forma a otro posterior. Este es un hecho científico e histórico.

Las mismas leyes se aplican a los seres humanos. No es por accidente que los niños no obedecen a sus padres, sino que es natural.

Pregunta: Si el mal es inevitable, ¿por qué nosotros llamamos al Creador «el Bien que hace el bien»?

Respuesta: Es así porque esto caracteriza una tendencia de desarrollo orientado hacia la meta, en vez del camino en sí. ¿Puede alguien desarrollarse si se siente bien? El estado de comodidad total no permite un mayor avance. ¿Qué podría empujarnos hacia adelante si todo estuviera bien?

El problema es que nosotros damos por sentadas las buenas cosas que nos ocurren. Nosotros no valoramos los acontecimientos positivos en nuestras vidas, ni los consideramos como algo importante. Y viceversa, tratan las dificultades como una carga injusta.

En otras palabras, nosotros evaluamos las cosas buenas y malas en diferentes escalas. El resultado final de las acciones que llevamos a cabo durante nuestra vida, resulta ser lo contrario de lo que consideramos que son. Simplemente no podemos evitar los «pinchazos» de la vida. Si alguien dice cosas malas de nosotros, hervimos durante muchos meses hasta que encontramos una manera de pagar de vuelta la deuda. Todo lo que tenemos en la mente y el corazón contra aquellos que nos insultaron, nos parece normal y natural: «¡Se lo merecen!»

Pregunta: Sin embargo, ¿no debería haber un equilibrio entre los problemas y las alegrías? En su lugar, se nos dice que estamos en deuda con el Creador desde el principio. Como está escrito: «Todo es en depósito, y un presidio se extiende a lo largo de toda la vida. La tienda está abierta y el tendero vende a plazos, el libro está abierto y la mano anota. Y todos aquellos que quieran tomar prestado pueden venir y pedir prestado…» (Baal HaSulam, «La Paz»). ¿Qué es exactamente lo que Él me presta?

Respuesta: Lo que ocurre es que ustedes pueden tomar los bienes de la tienda ahora y pagar después. Hoy en día, las tiendas de comestibles utilizan el sistema en el que sus propietarios hacen un seguimiento de lo que sus clientes habituales han comprado a crédito, y al final del mes, este último tiene que pagar sus cuentas. En el camino hacia la meta también se nos permite pedir prestado. Por otra parte, nosotros pagaremos nuestras deudas no en una fase intermedia, sino al final de nuestro camino, cuando alcancemos la meta.

En este momento, nosotros sólo le pedimos al Anfitrión que nos conceda poderes, deseando obtener ciertas virtudes: «¿Dónde está Tu generosidad? ¿Dónde está Tu empatía?» Tomen todo lo que quieran de los estantes; todo está a nuestra disposición. Tendrán que pagar sus deudas al final del camino cuando el trabajo haya sido completado.

De hecho, no hay nada que volver, puesto que cambiaremos tanto que nuestra deuda desaparecerá.

Por lo tanto, yo no creo que el Creador necesite nuestro pago. No, Él sólo necesita nuestra actitud. Él quiere que nosotros concordemos con Sus cálculos, y nada más que eso. Nuestro «saludable» egoísmo nos indicará que hay un truco en favor del Creador, pero esto no es cierto. Tan solo con nuestro consentimiento en cuanto a recibir el poder para corregirnos, lo recibiremos inmediatamente y cancelaremos nuestras cuentas.

(102891)
De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 3/15/13, «La Paz»

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