La mayor dificultad del trabajo espiritual

La celebración de Sukkot (Fiesta de los Tabernáculos), como cualquier otra festividad, representa estados espirituales que cada persona en el mundo tendrá que experimentar a medida que asciende en sus cualidades desde este mundo hasta el Mundo de lo Infinito. Ascender se define como el fortalecimiento de la conexión entre nosotros, y a través de eso, nuestra mayor similitud con el Creador. Se puede describir como si nosotros nos acercáramos más al Creador en lugar de “ascender”.

No es una ascensión mecánica, sino cualitativa a través de los sentidos y en contra de nuestra naturaleza egoísta. Esta naturaleza puede ser invalidada únicamente por la fuerza de la Luz.

Aquí es donde yace la dificultad. El problema no está en definir el egoísmo ni en luchar contra la inactividad; esto lo hacemos en la vida corpórea. El reto del camino espiritual yace en el hecho de que no es alcanzado por nuestro propio esfuerzo. Mi naturaleza no puede ser cambiada por mi propio esfuerzo, solo por alguna fuerza oculta a la que le debo pedir que ejecute esta acción. Allí es donde está el problema.

De hecho, si trabajo en contra de mi egoísmo yo solo, me sentiré como un héroe. Mucha gente se siente de esta manera, y nuestro propio egoísmo nos fuerza a desafiarlo si es que el objetivo vale la pena. Nosotros queremos ir en contra de nuestro egoísmo y esta clamando por un descanso ya que anticipábamos una recompensa por nuestra envidia, lujuria y ambición. Sin embargo, en el camino espiritual, es necesario anular el cuerpo y preguntarle a “algo” que es opuesto a mi o “alguien” a quien no conozco que venga y cambie mi naturaleza.

Cuando es necesario unirse para vencer a alguien, lo hacemos y regresamos como héroes. Sin embargo, unirse para convencer al Creador de que nos corrija o que nos unifique es un problema enorme. El problema reside en el hecho de que el Creador está oculto, y no podemos evaluar contra qué y para que trabajamos.

Por esta razón, muchas personas que comienzan el camino espiritual, se rinden. No pueden superar este ocultamiento y se reconcilian con esa parte de nuestro trabajo que no depende de nosotros. Una persona tiene problemas para aceptar eso, de manera de corregirse a sí misma, debe preguntarle a las fuerzas invisibles por eso. Se debe a que todo el problema no está en nuestra pereza, sino en el ocultamiento del Creador.

(21906 – Tomado de la tercera parte de las Lecciones Diarias de Cabalá del 24 de septiembre 2010 sobre Extractos Seleccionados para Sukkot.)

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