La misión de rescate

Pregunta: ¿Qué siente el superior cuando se disminuye por el bien del inferior? ¿Sufre al hacerlo?

Respuesta: No, no sufre. Por el contrario, está dispuesto a descender para asistir al inferior. El superior absorbe los dolores del inferior y ese es su descenso.

En nuestro mundo, subo al elevador y hago un viaje al primer piso. Pero en la espiritualidad, recibo una mente totalmente diferente y otra percepción que es adecuada para «el piso inferior». Esto es lo que llamamos, «cambio de lugar, cambio de suerte».

Cualquier movimiento espiritual implica cambiar de forma: el cambio de pantalla (Masaj) y el cambio de deseo. Por lo tanto, al descender al inferior, el superior se convierte en similar a este. El superior se viste en el inferior y luce como tal, y sólo internamente conserva su verdadero estado espiritual, un peldaño al que puede ascender.

Reducirse en la espiritualidad es un gran reto. Uno tiene que ser muy fuerte para hacer esto ya que te «corrompes» al aceptar una falta, un gran deseo que atrae las Klipot (cáscaras impuras). Es justificado sólo por el hecho de que lo haces para salvar al inferior. La meta santifica tus acciones y te da fuerza. Sólo habiéndote preparado y reunido la fuerza, eres apto para asumir tu misión.

Entonces, desciendes y estableces una conexión con el inferior quien está corrupto y mancillado por el egoísmo. Así que te sumerges en esta suciedad y corrupción, que te agobian con una gran porción de oscuridad y fuerzas de impureza. Lo haces solamente para ayudar al inferior.

Ahora, ambos están corruptos, pero tú, aparte de las faltas externas, posees un almacén interno de fuerza. Internamente, estás corregido; por lo tanto, al conectarte con el inferior, puedes elevarte no sólo a ti mismo, sino al otro también.

Imagina que te reduces al nivel de un drogadicto a quien quieres salvar. Tú, también, comienzas a usar drogas, a juntarte con él, y a vivir a través de él. Ahora, ambos sufren de adicción.

Y entonces, activas tus fuerzas, comienzas a transformarlo, sacando a ambos del pantano. Él ya está vinculado a tu deseo, y ahora lo elevas a tu nivel, donde reparas esa parte de ti que también se volvió suya así como él es una parte de ti mismo. Esta es una doble corrección que requiere una pantalla doble. Además, su corrupción es mucho más severa que la tuya.

Entonces, resulta que el otorgamiento, diseminación y corrección de los inferiores son mucho más difíciles que la corrección de uno. Sin embargo, al hacerlo, recibes una oportunidad de atraer la Luz a través del inferior, lo que significa engendrarlo, manifestar una nueva percepción en él.

Puede ser consumado sólo si atraes del Infinito la nueva Luz que llena todos los mundos espirituales. Esta nueva «dosis» usada para ayudar al inferior es lo que deleita al  Infinito, al Creador. Gracias a este acto, te fusionas con Él.

(30273 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 20 de Diciembre 2010, «Introducción del Libro del Zohar», artículo «Las Cartas de Rabí Amnon Saba»)

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