La unificación de HaVaYaH – Elokim

Dr. Michael LaitmanBaal HaSulam, Igrot (Cartas), Carta 16, «La unificación de HaVaYaH Elokim«: HaVaYaH significa Providencia privada, donde el Creador lo es todo, y Él no necesita que los habitantes de las casas materiales le ayuden. Elokim en Guematria es HaTeva [Naturaleza], donde el hombre se comporta de acuerdo a la naturaleza que Él inculcó en los sistemas del cielo y la tierra corporales, y él mantiene esas reglas al igual que el resto de los seres corpóreos. Y, aun así, él también cree en HaVaYaH, es decir, en la Providencia privada.

Con ello, él una a una con la otra, y «ellas se convirtieron en uno en su mano», y así él trae gran alegría a su Creador, y trae iluminación a todos los mundos.

Este es el significado de los tres discernimientos, mandamiento, transgresión y permiso. El mandamiento es el lugar de la santidad, la transgresión es el lugar de Sitra Ajra, y el permiso no es ni un mandamiento ni una transgresión. Más bien, es el lugar en el que pelean la santidad y la Sitra Ajra.

Cuando la persona hace cosas permitidas, pero no se dedica a la santidad, todo ese lugar cae en el dominio de Sitra Ajra. Y cuando la persona se hace más fuerte y se involucra en cosas permitidas para realizar unificaciones tanto como puede, ella devuelve el permiso al dominio de la santidad.

Este es nuestro trabajo. Esta era la meta de la creación: crear a un ser humano que se volviera similar a la Fuerza Superior. A medida que se desarrollan, los seres creados se acercan al estado en el que empiezan a tener una oportunidad de libertad de elección, cada uno a su tiempo. Si la persona llega a este umbral, más allá del cual se supone que debe obtener la libertad de elección, entonces el Creador le trae a un grupo y pone su mano en la buena fortuna, y le dice: «¡Tómala!»

Si la persona acepta, es decir, si ella quiere volverse en dirección a la Fuerza superior a través del entorno, hacer coincidir sus propiedades, concordar con ella y justificarla, lo cual significa adhesión con el Creador, entonces ella comienza gradualmente a revelar su mal. El mal es una propiedad especial, la fuerza que se revela en la persona en contra de su acercamiento al Creador. De manera práctica, esto se expresa en el rechazo que siente con respecto al entorno, en la reticencia a acercarse a él.

La fuerza que actúa contra el Creador, llamada «Faraón», se revela. Todos los villanos y los pecadores descritos en la Torá son, en esencia, una fuerza, que lucha supuestamente contra el Creador. Pero, obviamente, todos estos pecadores son despertados por Él, porque «No existe nadie más aparte de Él». De diversas maneras, todas ellas repelen a la persona de la santidad, es decir, de la adhesión con el Creador, de la obtención de la fuerza de otorgamiento y el amor por los amigos, a través de la cual ella llegaría al amor por el Creador, a la similitud de propiedades.

Los estados que se le revelan a la persona de que su naturaleza ha sido progresivamente removida del Creador y es opuesta al otorgamiento y amor son llamados pecados. Si ella los vence y los utiliza para acercarse al Creador a través del entorno, los estudios, y la Luz que Reforma, esto es llamado un mandamiento.

La oportunidad de elegir cómo lidiar con el mal expuesto, de corregirlo o no, es llamada la zona de libre albedrío. Hay personas quienes han alcanzado el nivel de desarrollo en el que estos estados se les revelan: un mandamiento, transgresión y el lugar de la libertad de elección. Esto puede pertenecer al período de preparación, así como directamente al trabajo espiritual práctico.

Si la persona trabaja en el otro lado de la frontera del mundo espiritual (el Majsom), entonces, al revelar su mal, ella siente la fuerza, opuesta al Creador, y comienza a trabajar con estas fuerzas en la práctica. El Creador manifiesta Su manejo como absolutamente bueno tanto para los pecadores así como para los justos. Este poder de otorgamiento y amor es opuesto a la persona, como un modelo.

Cuando éste desaparece, la persona necesita obtener del grupo este ejemplo de manejo. Por medio de diversos artilugios, ella necesita, con la ayuda del grupo, ser semejante a este manejo, que es llamado Elokim. Maljut que alcanza la propiedad de Bina es llamada Elokim.

HaVaYaH es la Luz de Jojma, investida en la Luz de Jassadim, en Elokim. Por lo tanto, nosotros logramos la unidad de HaVaYaHElokim, investida de la Luz de Jojma en la Luz de Bina, Jojma en Jassadim. La persona que ha elevado su deseo, Maljut, al grado de Bina, a la santidad, al atributo de otorgamiento, puede obtener toda la Luz de Jojma. El Creador se revela en esta vasija que la persona corrigió hacia el otorgamiento. Así HaVaYaH se une con Elokim.

En esta frase «la unificación de HaVaYaH – Elokim» está todo nuestro trabajo, toda la realidad y la meta del desarrollo, el final de la corrección. Es un milagro ver cómo la causa de la creación, todo el proceso de su desarrollo y el resultado final, encajan en esta pequeña fórmula cabalística.
(123883) 
De la preparación para la Lección diaria de Cabalá del 12/24/13

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