Siempre tiene que haber una meta ante nosotros: llegar a la equivalencia, adhesión con el Creador. La adhesión es la correspondencia completa de propiedades, cuando la fuerza de otorgamiento rija dentro de nosotros.
Nuestra materia, el deseo de placer, no cambia mientras que el método para emplearlo si lo hace: El deseo de placeres debe ser utilizado para otorgar. Y para adquirirlo, necesitamos sentir los deseos de los demás. Sólo entonces descubriremos que al recibir, somos capaces de otorgar.
Esta acción espiritual parece muy extraña y no como hechos materiales. Sólo si revelamos una conexión mutua profunda y poderosa entre nosotros, descubriendo la adhesión, la camaradería, la garantía, el amor y la reciprocidad entre nosotros, podemos interactuar, como engranajes de un sistema unificado: Recibiendo de lo que el otro quiere darme, yo de esta manera le otorgo a él.
Resulta que los seres creados sólo reciben, pero primero deben revelar que residen en el otorgamiento mutuo y expresarlo exactamente de esta manera. ¿Cómo lograr esto?
El Creador, la fuerza integral de otorgamiento, está presente entre y dentro de todos. Por lo tanto, si todos se anulan y nosotros, juntos, empezamos a desear otorgarle a Él, entonces, al recibir unos de otros, de hecho seremos capaces de otorgar. En este caso, nadie recibe de los demás, sino que todos recibimos del Creador. Sin embargo, hay una condición para ello: Mientras recibimos de Él, tenemos que ser uno.
Puede compararse con una madre que tiene muchos hijos y desea darles amor a todos ellos. Cuando están dispuestos a mantener la garantía mutua y la unidad con el fin de amar su espalda, cuando están listos para recibir su amor sólo juntos, porque están unidos unos con otros, entonces la deleitan, y ella está feliz de otorgarles amor, mientras que ellos están felices de recibir sus regalos. Tal recibimiento es considerado como el otorgamiento absoluto.
Obviamente, los seres creados no pueden hacer mucho, excepto prepararse, y no se espera que hagan más. Sólo necesitan preparar el formato en el cual van a recibir la abundancia del Creador. Ellos no practican el otorgamiento como tal, pero sí lo otorgan en la intención. Después de haber dispuesto de tal manera la recepción, ellos deleitan al Dador.
(33569 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 24 de Enero del 2011, Escritos de Rabash)
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