Pregunta: Si todo lo que se necesita de las criaturas es la preparación, ¿qué principio traerá esto dentro de nuestro trabajo?
Respuesta: Todo el trabajo es hecho por el Creador, todo viene de Arriba, y nada depende de los Kelím (vasijas, deseos), excepto la preparación de cooperación de su actitud ante el Dador, el Creador. Cada uno existe junto con otras almas, con todos los demás seres creados y el Creador, la Fuente. Esta es la única manera en que debemos prepararnos.
El principio es muy simple. Tenemos que discutir una y otra vez, pensar, jugar con él para procesarlo cada vez mejor en nuestros deseos y pensamientos. El momento crucial aquí es utilizar el entorno: Nos esforzamos por establecer la interconexión, unirnos como iguales con los demás. Y tan pronto como revelamos aún una gota de esta conexión, inmediatamente seremos capaces de establecer una conexión con el Creador, el Dador. Este será nuestro primer paso espiritual.
Posteriormente, después de habernos unido aún más estrechamente, nos adentraremos en el segundo peldaño de la conexión con el Creador. Y así sucesivamente en cada nuevo paso: En el grado de nuestro unión con los demás construimos el Kli, la vasija, apto para recibir la abundancia del Creador. En nuestra interconexión, construimos la intención de otorgarle Él.
Por lo tanto, se deduce que la clave está en el entorno, el grupo, la adhesión con la intención mutua, de acuerdo con el principio de «Israel, la Torá y el Creador son uno». «Israel» es las almas individuales, los deseos, que a pesar de su el egoísmo, se esfuerzan para unir entre sí y llegar a ser iguales, unificados, como un hombre con un corazón, en garantía mutua, en el amor por los demás como se aman a sí mismos. De esta manera, presentamos al Dador la oportunidad de otorgarnos, Le llevamos nuestra intención: para recibir con el fin de otorgarle placer a Él.
Somos como hermanos en primer grado que se unifican ante su madre. Ella no puede otorgarnos a cada uno de nosotros por separado, sino a todos nosotros juntos. Su amor es uno para todos.
(33565 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 24 de Enero del 2011, Escritos de Rabash)
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