Una realidad engañosa en las ondas del egoísmo

Cada uno de nosotros contiene 613 deseos diferentes que se relacionan con nuestra conexión mutua, los cuales tenemos que corregir. Antes que nada, tengo que ver que ellos son todos egoístas y que yo quiero usar al prójimo y al Creador.

Esta dirección, «Israel, la Torá, y el Creador«, es decir del amor por las criaturas al amor por el Creador, primero funciona en la forma opuesta: en aras de usar al Creador y a las criaturas para mi propio beneficio. Primero debemos discernir precisamente este hecho, y éste se revela bajo la condición de que tanto las criaturas como el Creador sean usados correctamente.

En la primera etapa, al desear lograr la conexión general con todo el universo, a través de las criaturas hacia el Creador, descubrimos nuestras transgresiones y errores, y así es como revelamos la inclinación malvada. Esto no sucede de una sola vez. Al avanzar, se revela continuamente una pequeña parte del egoísmo. Nosotros exigimos su corrección, y en la Luz de corrección revelamos una parte más grande de egoísmo, y entonces otra vez pido que sea corregido.

La Luz llega desde el Creador a través del grupo, iluminando y corrigiendo la maldad que descubrimos, y como resultado descubrimos ondas nuevas, más fuertes, más ásperas de egoísmo dentro de nosotros. Así es como avanzamos de los pequeños errores a errores más serios, y luego de pequeñas transgresiones a transgresiones más grandes, nos revelamos y nos corregimos gradualmente a nosotros mismos.

Pero siempre aspiramos al amor, a la unificación, a la unidad de Israel, la Torá y el Creador en un todo. Deseamos que el Creador se vuelva sagrado, «separado», especial, es decir, que la cualidad de otorgamiento siempre sea el valor más grande para nosotros. Así es como ocurre el progreso.

Y el aspecto más importante de este trabajo, es entender que todas las correcciones están concentradas por fuera de la persona. Su avance espiritual ocurre por fuera de ella. Y por fuera de ella existe sólo la Shejiná y el Creador que la llena.

La persona imagina que existe todo un mundo a su alrededor; inanimado, vegetativo, animado, y humano, pero todo esto es sólo una ilusión, su imaginación. En realidad, nada de esto existe. Cuando la persona comienza a revelar la auténtica realidad, ella descubre que todo eso está vacío del espíritu de vida, y es animado sólo mediante la fuerza del Creador que está detrás de todas esas imágenes y sombras. Por sí mismas son sólo atuendos, envolturas, al no tener un llenado interno.

Esperemos revelar esta verdad rápidamente y comenzar a trabajar de verdad con el Creador a través de esos atuendos.

(82496 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 9 de julio del 2012, Escritos de Rabash)

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