Hay velas pero no hay Luz para encenderlas

Baal HaSulam, “La enseñanza de la sabiduría de la Cabalá y su esencia”. Está escrito, “Pues el mandamiento es una vela, y la enseñanza es la Luz”. Así como alguien que tiene velas pero no tiene luz para encenderlas se sienta en la oscuridad, alguien que tiene Mitzvot pero no tiene Torá se sienta en la oscuridad. Esto es porque la Torá es la Luz, mediante la cual la oscuridad del cuerpo se ilumina y se enciende.

Hay personas que llevan a cabo muchas acciones. Piensan que sus obras son correctas, es decir que las acercan a una gran recompensa espiritual. Desgraciadamente esto no es cierto.

Una persona al hacer el balance de su vida piensa que hizo muchas cosas buenas, cumplió con los deseos del Creador (loa mandamientos), estudió la Torá, aprendió de memoria un buen número de textos sagrados y siguió muchos de los requisitos. Sin embargo, de pronto empieza a tomar consciencia que no logró nada porque “una Mitzva (precepto o mandamiento) sin una aspiración es como un cuerpo sin un alma”.

Las acciones físicas que realizó durante su vida no le dieron resultados positivos. La vida pasó y los esfuerzos de la persona y el sufrimiento sucedieron sin trascendencia. Tendrá que regresar a esta realidad nuevamente, volver a nacer y empezar de nuevo desde la cuna esperando que durante esa siguiente reencarnación logre algo más.

Así es como las mismas almas avanzan una y otra vez, de generación en generación, de vida en vida, hasta que llegan a su realización correcta. Después de todo, el propósito de la vida no está en las acciones físicas sino en corregir nuestra naturaleza.

Un mandamiento representa la corrección del deseo egoísta mediante la intención de otorgar. Esta definición tiene que alentarnos a evaluar si hemos podido corregir al menos uno de nuestros deseos y restablecer la conexión con otras personas.

(23950 – De la cuarta parte de la lección diaria de Cabalá del 17 de octubre 2010, La enseñanza de la sabiduría de la Cabalá y su esencia.)

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