No te toca completar el trabajo: Busca al Creador

Está escrito acerca del embrión: «Una madre le da la parte roja, el padre le da la parte blanca y el Creador le da el alma«. Un problema común en el trabajo espiritual es que olvidamos el «tercer componente»,  el Creador que necesita terminar el trabajo para nosotros. Una persona ejerce una gran cantidad de esfuerzo y luego queda perplejo: ¿dónde está el resultado deseado? Uno no entiende que no ha completado esta acción; olvida que todas sus acciones debieron comenzar y terminar con el Creador, la Fuerza Superior, mientras se encuentra en el medio.  

 Igualmente, salimos del Infinito y volvemos al Infinito. Y «en el camino» descubrimos y corregimos ya sea a través del camino del sufrimiento o a través del camino de la Luz. Pero en ambos casos la Luz trabaja, y nosotros meramente agregamos o sumamos nuestro deseo. Nosotros no nos corregimos; nosotros sólo aceleramos nuestra evolución.

Sin embargo, uno olvida habitualmente que no es sino uno de los componentes de su evolución. Él intensifica ligeramente y siente que la acción cambia de negativa a positiva. Pero la acción en sí misma ocurre debido a las fuerzas que ya existen en la Naturaleza. El componente más importante es la fuerza del Creador. Si la persona no hace que el Creador le asista, le ayude a completar la acción, si no suma el tercer componente que no está presente en su imagen de la Naturaleza, entonces ninguna acción será finalizada y la persona permanece en la forma que estaba. 

Este es un error común, que muchas veces permanece inadvertido. Y hay aquí sólo una solución: acudir al grupo por ayuda. Si la opinión común en el grupo es que el Creador es la fuerza  más importante que determina el final de la acción, entonces ninguno de los miembros del grupo se olvidará de esto. Uno no se verá sometido a la amarga decepción, resultado de su trabajo arduo y sin ningún resultado. 

Busca al Creador (como está escrito en el Cantar de los Cantares: “Sobre mi lecho por la noche, yo busqué a Aquel a quien mi alma ama”.)  y recuerda que uno no tiene la fuerza para ganar esta batalla solo, tienes un Socio. Y sin ÉL una persona tiene sólo un deseo vacío, que gradualmente muere como una pequeña  llama.

 (De la segunda parte de la lección de Cabalá diaria correspondiente al 19 julio 2010, artículo, Sobre mi lecho por la noche.)

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