Tus esfuerzos no se desvanecen en el aire

Está escrito, «No existe nadie más que Él,» es decir, la Luz superior está siempre en reposo absoluto y siempre nos influye con bondad. Pero por otra parte, está escrito, «El monstruo lo tragará y lo escupirá», y en realidad, vemos que sin importar cuántos esfuerzos hagamos, todo desaparece. Pasamos meses trabajando, esforzándonos en la intención lo mejor que podemos, pero todo termina siendo inútil.

Aun así es imposible que cualquier acción exista en la naturaleza sin arrojar un resultado, sea bueno o malo. Por supuesto, el resultado siempre está ahí y no se va a ningún lado. Los resultados sólo aparentan desaparecer para nosotros porque las acciones y pensamientos del pasado se olvidan, y en cada momento soy como una nueva persona.

¿Pero dónde se guarda todo esto? En nuestro deseo, ¡En lo profundo de este! Si realizamos alguna acción con nuestro deseo, intención, o esfuerzo, con toda la realidad que es descrita para nosotros mediante este deseo, sin importar si está corregido o no, entonces ya no desaparece.

Todo lo que cualquier persona o cualquier elemento de la creación hace, cualquier parte de esta, ya sea inanimada, vegetativa, animada, o humana, de acuerdo con su nivel, todo es engullido dentro de Maljut, el deseo que existe en la creación.

Pero si una persona tiene la aspiración de alcanzar el otorgamiento, entonces sus acciones se convierten en algo especial. Incluso si actúa por su propio beneficio por ahora (Lo Lishmá), él olvida que tiene que darle placer al Creador y no sabe cuándo va a alcanzar esto.

Todas las acciones de la persona (en el grupo, en su actitud hacia el estudio) son completamente egoístas por ahora, y son tragadas por la «fuerza impura» (Klipá), es decir sus deseos egoístas en los cuales actuó en ese momento. Sus deseos y pensamientos estaban dirigidos hacia su propio beneficio, y la acción resultó egoísta. Pero todo se conserva y nada desaparece. Después de todo, una persona no obstante, hace esfuerzos en el estado en que se le dio, y tiene que crecer gradualmente.

Y cuando llega a un estado donde la suma de los esfuerzos que hizo, sus intentos y el grupo que organizó para sí mismo, producen un resultado, entonces todas sus acumulaciones, que son preservadas en los deseos impuros sin que tenga conciencia de ello, de pronto aparecen y surgen en la forma de deseos corregidos. Entonces él los recibe y continúa yendo hacia adelante con ellos.

Esto sucede todo el tiempo, y es un principio muy importante. Tenemos que entender que toda acción es benéfica, incluso si es egoísta. Y todas nuestras acciones, que realizamos durante muchos meses, eventualmente se reúnen para revelarse súbitamente.

Y cuando en ocasiones una persona se las arregla para alcanzar una aspiración al otorgamiento ligeramente más grande, incluso una que aún es «Lo Lishmá», pero que ya es más cercana a «Lishmá», entonces empieza a ganar un mejor entendimiento y sensación del pasado. Se da cuenta de lo que ha pasado y qué es lo que le ha sucedido.

(48589 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 19 de Julio del 2011, Shamati)

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