Enfocándonos en la calidad

Todo se trata de los esfuerzos: Una persona tiene que creer en el principio de “Yo trabaje y yo encontré”. Es por eso que Baál HaSulám escribió en el ítem 17 de “Introducción al Estudio de las Diez Sefirót” que “el estudiante promete dar prioridad al estudio para reforzarse en la fe”, como esta dicho en “Ética de los Padres”: Confiable es tu empleador el cual tiene que darte el pago de tu labor”. Y este pago será el paso de la intención egoísta, Lo Lishmá (no por Su Nombre), hacia la intención altruista, Lishmá (por Su Nombre).  

Antes y durante los estudios, una persona debe verse como si viera adelante estos cambios  en sí mismo. Aquí es donde yacen todos los esfuerzos. En la misma “Introducción”, Baál HaSulám explica que uno no debe mostrar negligencia, ni en la cantidad no en la cualidad de los esfuerzos.

Conforme empezamos a estudiar, nosotros, probablemente queremos cambiar por medio del estudio y de la Luz presente en él, pero entonces lo olvidamos y nos distraemos, es decir nosotros no nos esforzamos lo suficiente en la cualidad de los esfuerzos. La cantidad debe ser suficiente, pero lo más importante es la calidad: A que grado yo experimento dolor y así no puedo dejar la meta, como una persona enferma la cual constantemente piensa en curarse. Lo que sea que haga, todo lo hace para ayudarlo a sentirse mejor.  

Uno no puede alcanzar tal necesidad solo. Esto solo puede ser hecho con la ayuda del entorno. Esto obligara a la persona sobre la importancia de la meta, y solo en este camino él será capaz de moverse hacia adelante.

Sumando todos los medios que tenemos, vemos que tanto el grupo con sus tradiciones y yo mismo, como con el Creador, el maestro, las lecciones y la diseminación, todo esto es necesario para crear en una persona una necesidad mas fuerte por un cambio, inspirado por el camino del estudio. Debemos llegar precisamente a este punto; tendrá que ser el resultado de todos nuestros esfuerzos. 

Entonces, durante la lección, una verdadera necesidad por la Luz se elevara en nosotros y nada más. No habrá una necesidad por conocimiento, tampoco por sabiduría, ni por distinción de nada, solo por cambios internos. Y la fuerza de esta necesidad será tan grande que realmente traerá transformación. Esto permitirá a que la persona comience a relacionarse con la Tora como una “especie” y después como la Tora de vida, en vez de una “pócima de muerte”  la cual él estaba usando antes.

Descubrimos nuestra inclinación al mal con la ayuda de la Luz. Esta Luz es llamada “el ángel de la muerte”. Por una parte, muestra a una persona que él está muerto espiritualmente y por la otra, entonces le ayuda a matar su deseo egoísta. Así es como avanzamos.

(34702 – De la parte 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 02/07/2011, Escritos de Rabash)

Material Relacionado:

No es un truco mágico, sino física espiritual precisa

Con la cabeza del Superior sobre los hombros

La Cabalá: Desde Abraham hasta la actualidad

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *